El 27 de septiembre de 2004, en horas de la madrugada, Nora Patricia Muñoz Muñoz ingresó a trabajo de parto en la Unidad Intermedia de Santa Cruz, perteneciente a Metrosalud. Según se afirmó en la demanda (se trascribe): “A la paciente se le hace solo un monitoreo fetal que es reportado como normal a las 4:20 a.m. Apareciendo en la historia una hoja de monitoreo fetal en que se reporta ‘monitor malo no registra actividad a nombre de Nora Patricia Muñoz’, no se encuentran más registros de monitoreo”. A las 11:40 a.m. del 27 de septiembre de 2004, Nora Patricia Muñoz Muñoz fue diagnosticada con distocia de cuello uterino, y a las 2:40 p.m. del mismo día fue remitida en ambulancia al Hospital Universitario San Vicente de Paúl –“con diagnóstico de ingreso de hipoxia intrauterina [y] meconio III”–. En este último hospital nació “por vía vaginal”, a las 3:30 p.m. del mismo día.Del dic tamen, y de su valoración sobre la historia clínica, se puede establecer que las secuelas en la salud del menor tienen una razón neurológica central “originada en la baja de oxígeno desencadenado durante el trabajo de parto”. El perito concluyó que existía una relación causal entre la atención del parto y los padecimientos del menor y que el “sufrimiento fetal padecido por este niño fue definitivo en los daños neurológicos que actualmente posee”. Agregó el que el sufrimiento fetal se habría podido evitar si se intervenía inmediatamente a la madre, una vez el médico tratante le diagnosticó distocia de cuello. Finalmente, añadió que el hecho de que la clínica de Metrosalud tuviera el monitor averiado también “disminuyó posibilidades de detectar inconvenientes en la oxigenación del bebé”. Al corroborar lo dicho por el experto con la historia clínica de la ESE Metrosalud23, se advierte que, en efecto, allí se consignó “monitor malo, no registra actividad.
Para acceder al documento relacionado de la noticia, inicia sesión. Si no estás suscrito, suscríbete aquí.